Adicciones

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Efectos negativos de fumar

Los estudios médicos han determinado que el índice total de mortalidad es dos veces más alto en fumadores hombres de mediana edad que en los que no fuman; y más alto aún en los que fuman más cigarrillos al día o han fumado por más tiempo.

Entre los cánceres causados por el tabaco, encabeza la lista el de pulmón, de manera que el índice de esta enfermedad es siete veces mayor en los fumadores que en los no fumadores. Además, los fumadores tienen cinco veces más riesgo de desarrollar cáncer de laringe, esófago y en la cavidad bucal. También se atribuye al tabaquismo un tercio de todos los cánceres de vejiga, riñón y páncreas.

El tabaquismo también quintuplica el riesgo de muerte por bronquitis crónica y enfisema, y lo duplica en muertes por enfermedades coronarias y del corazón. Un informe de 1988 basado en un estudio sobre 4.255 residentes de un barrio de Boston (EEUU) indicaba que el tabaquismo incrementa el riesgo de apoplejía en un 50%, 40% en los hombres y 60% en las mujeres. Otra investigación ha demostrado que las madres que fuman dan a luz con más frecuencia a niños prematuros o con poco peso, debido probablemente a la menor afluencia de sangre a la placenta. Tres estudios publicados en 1981 apuntan que en las parejas en las cuales uno de los cónyuges es fumador pasivo, éste sufre mayor riesgo de cáncer de pulmón, y otros estudios revelan que el índice de enfermedad es mayor en hijos no fumadores de padres fumadores. En España se ha estimado que el 14% del total de las muertes se debe al tabaco. El consumo diario de un paquete de cigarrillos acorta 6 años la expectativa de vida, multiplica por 3 las bajas laborales y en un 15% la duración de las bajas por enfermedad.

Written by Admin on July 30th, 2010 with 9 comments.
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Efectos del alcoholismo en la salud

Los efectos sobre los principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen lesiones que pueden ser parcialmente reversibles tras la abstinencia y otras que se mantienen de forma indefinida.

La ingestión crónica de alcohol puede lesionar el sistema nervioso central de forma irreversible. Se producen trastornos amnésicos persistentes que ocasionan problemas de aprendizaje (síndrome de Korsakoff), ataxia asociada a confusión y parálisis ocular (síndrome de Wernicke), alteraciones graves de la memoria, demencia crónica y trastornos psiquiátricos, como ansiedad, alucinaciones, delirios y alteraciones del estado de ánimo (tristeza). La ingestión aguda produce, además, trastornos de la coordinación, el equilibrio, el sueño y episodios de amnesia. Las lesiones del sistema nervioso periférico, como hormigueos, parestesias y entumecimiento de las extremidades, se relacionan con el déficit de vitamina B1.

El consumo de alcohol agudo y crónico produce, además, un amplio abanico de alteraciones en el aparato digestivo, entre las que destacan la esofagitis, la gastritis, la presencia de vómitos violentos con desgarros gastroesofágicos, la aparición de úlceras gastroduodenales y las pancreatitis agudas. Además, el consumo de alcohol puede provocar daños graves en el hígado (hepatopatía alcohólica). Al principio, la grasa se acumula en las células de este órgano y el hígado aumenta de tamaño pero, en la mayoría de los casos, no hay síntomas. Algunas personas desarrollan una hepatitis inducida por el alcohol, que produce la inflamación y la muerte de las células hepáticas (hepatocitos) y que se manifiesta por una ictericia en los ojos y en la piel. En un 20% de los alcohólicos aparece una cirrosis, un trastorno irreversible en el que el tejido hepático normal es reemplazado por tejido fibroso, produciendo una alteración muy grave del funcionamiento hepático.

La ingesta de alcohol puede lesionar también el músculo cardiaco, originando arritmias e insuficiencia cardiaca. Casi un tercio de los casos de miocardiopatías se deben al abuso de alcohol. A veces, se desarrolla una forma típica de hipertensión, que es una causa importante de apoplejía (accidente cerebrovascular).

Otros efectos del alcohol sobre el organismo son las alteraciones de las células de la sangre (anemia), la amenorrea y los abortos en la mujer, y la atrofia testicular y la disminución de la capacidad de erección en el hombre.

El síndrome de abstinencia puede aparecer unas horas después de interrumpir el consumo de alcohol, después de un periodo de abuso prolongado. Los síntomas, como nauseas, sudoración, temblores, ansiedad e insomnio, se hacen más intensos entre el segundo y el tercer día y mejoran dos o tres días después. El delirium tremens es una complicación rara y grave de la abstinencia que se caracteriza por un estado de confusión (delirio) con alucinaciones terroríficas y un estado de excitación importante.

Se ha demostrado que la ingestión de alcohol durante la gestación, incluso en cantidades moderadas, puede producir daños graves en el feto, en especial retraso en el desarrollo físico y mental, cuya forma más grave recibe el nombre de “síndrome de alcoholismo fetal”.Además, algunos bebés expuestos al alcohol durante la maduración fetal presentan después problemas de conducta, trastornos de la atención, o dificultades para el pensamiento abstracto.

Written by Admin on October 22nd, 2009 with 5 comments.
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Adicciones en las mujeres

Claro está: las drogas atacan al ser humano sin distinción de sexo procedencia o religión. Más la mujer tiene ciertos rasgos tanto fisiológicos como de personalidad, que la hacen ser más propensa al abuso de éstas sustancias, y más aún, la recuperación puede tomar más tiempo.

Existen diferencias físicas innegables entre la mujer y el hombre, como el tamaño corporal, la concentración de lípidos, las diferencias endocrinológicas, el ciclo menstrual, todos factores condicionantes en lo que se refiere al uso y el efecto de los fármacos.

La mujer tiene un 25 por ciento más de células grasas que el hombre, además que su cuerpo contiene menos agua. Por ello, las drogas penetran más rápido y se adhieren más fácil a los tejidos grasos del organismo, los que sirven de catalizador, entonces las posibilidades de ‘instalarse’ en el cuerpo de una mujer son más eficientes para la droga, y la adicción se desarrolla más rápido. Consecuente a esto, la desintoxicación es más lenta y difícil en el cuerpo femenino. Otra razón es el estigma social: la mujer sufre más que el hombre, le cuesta más pedir ayuda debido a las presiones sociales y el rol que se le adjudica de forma inherente. A lo anterior se suma un falso sentimiento de protección hacia la mujer que evita dar el diagnóstico de dependencia, creando un círculo de silencio a su alrededor que retarda la posibilidad de indicar un tratamiento adecuado.

Factores de riesgo
Mayor vulnerabilidad física al alcohol y las drogas: El proceso de metabolización del alcohol hace que ellas se embriaguen más rápido. Otras investigaciones reportadas por el Instituto Nacional sobre Drogas de Estados Unidos refieren que los niveles más altos de cocaína en la mujer pueden tener como resultado una conducta de búsqueda más intensa al consumo de drogas, específicamente la cocaína y hacer más difícil que las mujeres que están bajo tratamiento dejen de consumir.

Problemas en el autoestima: bajo nivel de autoconcepto: esto tiene que ver con la percepción física y el valor que las mujeres le dan a su cuerpo, un bajo autoconcepto puede traer inclusive problemas de anorexia y bulimia que se presenta como un problema más unido al consumo de alcohol y drogas.

Relaciones adictivas – Codependencia
Un número importante de mujeres han desarrollado problemas de abuso de sustancias psicoactivas por acompañar a sus parejas, o con la fantasía de que, consumiendo juntos consumirá menos y se harán menos daños o la pareja dejará de consumir, porque no desean que ella consuma. Muchas mujeres tienden a establecer y perdurar en relaciones afectivas en las cuales predomina el sufrimiento, el sometimiento, la falta de reciprocidad y se vuelven codependientes de la relación. Lo real es que este factor tiene un correlato en la forma de crianza o lo que ha podido observar de la familia y en especial de la madre cuando niña o adolescente, ya que probablemente, el padre o hermano haya sido consumidor y la madre codependiente.

Acoso o abuso sexual
Muchas mujeres que consumen drogas manifiestan haber sido víctimas de acoso o abuso sexual, inclusive de violaciones por parte de un familiar cercano que puede ser el padre, o algún otro miembro de la familia. Se automedican para aliviar los sentimientos de ansiedad, culpa, miedo y cólera que son resultado de la violencia.

Aceptación al sentimiento de rabia
Los sentimientos de rabia en las mujeres, por lo general, no encuentran legitimación social necesaria para su clara percepción y su expresión. Esto conlleva a múltiples formas caprichosas inconsistentes y desproporcionadas de existencia de este sentimiento en la subjetividad femenina, tales como: la inhibición, que a su vez conlleva la restricción social, y la represión que conduce a somatizaciones y a la autoagresión.

Written by Admin on September 12th, 2009 with 3 comments.
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